tag:blogger.com,1999:blog-22499960445141148462016-01-19T17:47:40.892-08:00REVISTA JULIO 19Revista Julio 19http://www.blogger.com/profile/08050733120517820109noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-2249996044514114846.post-28245570717353733692016-01-19T16:04:00.000-08:002016-01-19T16:11:49.013-08:00Editorial<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">El 2015 se escapó entre la plaza de empoderados, un presidente de menos de 24 horas y la incertidumbre sobre el destino del bastón presidencial. Mientras que el 2016 irrumpió con baile en el balcón, una serie de despidos masivos, de represiones y una película de prófugos. Se fue el kirchnerismo (en medio de una interna no resuelta), e hizo ingreso el macrismo. Luego de doce años en el Gobierno Nacional el Frente Para la Victoria - PJ se despidió con una derrota electoral deshonrosa y humillante para cualquier peronista (si tenemos en cuenta el triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, EL distrito), esgrimida por Cambiemos (PRO-UCR-CC), otro frente de partidos electorales. </span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Son muchos los análisis que circulan en la prensa y en las redes sociales, y varios los aspectos que estudian cada uno. Destacamos de todos ellos un punto de encuentro: el “cambio” que se nos vino encima excede una simple alternancia en el gobierno entre dos partidos; es el fin de una etapa que da comienzo a lo que algunos arriesgan a bautizar como la restauración neoconservadora o el gobierno de la CEOcracia. Un antes y un después se lee y escucha. Las primeras medias del gobierno dan cuenta de ello: despidos, persecución política, criminalización de la protesta social. </span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Este primer numero esta marcado por la coyuntura, por el triunfo de la derecha en el campo electoral y discursivo. Momentos como estos, de reorganización y de luchas de resistencia frente a un gobierno que avanza sobre los derechos y la economía del pueblo, obligan a emprender discusiones sobre balances, perspectivas y nuevas caracterizaciones. Y si hay una clave posible entre otras para leer este número es la la necesidad, la posibilidad y el debate que tenemos de autonomía. Una idea que puede sonar muy amplia, a veces vaga, a veces sobreexplotada hasta vaciarla de contenido, muchas veces académica, otras más panfletaria. Pero que también es concreto, es política de los de abajo, de sus herramientas, de sus sueños, de sus cuerpos, de sus identidades, de su trabajo y de sus deseos. La constitución de un sujeto autónomo de sus condiciones materiales de vida; de subjetividades criticas frente a las políticas estatales y del mercado.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">La autonomía puede hallarse en diversos niveles de la sociedad: en la producción de bienes y servicios de las empresas recuperadas, en la comunicación y los medios alternativos, comunitarios y populares, en nuestros cuerpos y en las diversidad de identidades de género frente a la normatividad sexual y la dominación machista y patriarcal. Se hace presente en los distintos espacios y en las vivencias que transitamos.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Pero ampliar cada vez más los limites y conseguir mayores grados de autonomía implica una serie de dificultades y tensiones. Las luchas por reconocimiento de derechos y demandas implica la sanción de nuevas leyes o las reforma de las actuales. Ejemplos como la ley de 'medios', la reforma de la ley de quiebras, son solo algunos. Manifiestan en cierto grado las tensiones complejas entre autonomía que emerge con fuerza de abajo y el estado, entre la autogestión de la economía y el orden que impone el libre mercado.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Muchas veces los movimientos sociales y sus reivindicaciones consiguen tras arduas peleas materializar sus demandas y que sean reconocidos nuevos sujetos y sus derechos. Y más importante aún, permiten continuar luchando y abriendo, poco a poco, pequeños resquicios de autonomía, trincheras que pueden ir creciendo o no. Son caminos diversos que confluyen, muchas veces sin darnos cuenta, en una alternativa política, social y cultural de los de abajo, que se construye con idas y vueltas, con sus errores y sus aciertos. Un pasó más en una resistencia que se ejerce para sobrevivir y soñar. </span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Y esperamos que esta publicación pueda ser un pequeño espacio que sume más autonomía, en el campo de las ideas y en la disputa política y cultural. Una manifestación más entre otras experiencias, luchas y colectivos. Esperamos aportar a tal debate y al espacio que se generé del mismo.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">Porque visibilizar los debates es la mejor manera de darlos. De cara al resto del campo popular, de colectivos y espacios afines, con otras corrientes políticas. La constitución de un espacio de discusión es una condición necesaria para la existencia de cualquier proyecto político. Para nosotros resulta importante aportar desde estas paginas a ese espacio y su sostenimiento; a la vez que se convierte en una condición necesaria para que estas paginas continúen escribiéndose.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif; font-size: small;">El 2015 se despidió y entre los pendientes aparece está publicación: Julio 19. Julio por caliente, por esa España revolucionaria que dio vuelta de pies a cabeza al siglo XX y que sin embargo esta todavía oculta. Julio Caliente también por esa otra revolución que sucede ahora en Kurdistán y que esta dando vuelta, también de pies a cabezas, muchas formas de pensar y concebir este mundo. Otros julios fueron, son y serán, como las revoluciones nicaragüense y cubana. Muchos julios revolucionarios, pero no para imitarlos por que el nuestro es un julio de invierno. Sino para inspirarnos, para que nos ayuden a pensarnos, para rescatar no solo la forma de esas revoluciones sino la idea de ir más allá, de hacer otra cosa. Así aparece sin permiso, sin tiempo, con más dudas que certezas. Se desarrolló en la cercanía de un mate, en un bar y a la distancia de Internet. Así se fue trabajando con esfuerzo, con escollos y con ganas. Lo que era un decir al pasar, allá en la lejanía de los sueños, ahora es una realidad que queremos compartir.</span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;"><br /></span></div><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="font-size: small;">Agradecemos a los compañeros y a la compañera por haber dicho sí cuando les consultamos para escribir en la revista, su paciencia y su empeño<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">.</span></span> </span></div>Revista Julio 19http://www.blogger.com/profile/08050733120517820109noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2249996044514114846.post-55292868845628986842016-01-19T16:03:00.001-08:002016-01-19T16:03:08.014-08:00Si el feminismo no incomoda, no es mi feminismo. <div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>El feminismo no alcanza con ser declamativo, aunque resulta cómodo y políticamente correcto. Esto encubre sus tensiones y modera sus alcances y potencialidades, que reflejan una diversidad de identidades y criticas a lo distintos tipos de dominación que se conjugan en lo cotidiano de nuestras vidas. El peligro que conlleva su despolitización y las tareas y debates pendientes dentro de los colectivos militantes. El fin del kirchnerismo, #NiUnaMenos y el avance neoconservador: el marco para los nuevos desafíos de un movimiento feminista y popular.</b></span></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>Feminismos y resistencias (propias y ajenas)</b></span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"> </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Todavía hoy las feministas tenemos que dar demasiadas explicaciones. Debemos argumentar por qué insistimos en la necesidad de construir nuestros espacios específicos y nuestras herramientas. Y cuando hablo de feministas quiero incluir no solo a las mujeres que nacimos con vagina y estamos cómodas con nuestra asignación y elección de género, sino que también a todxs lxs luchadxs trans, travestis, gays, queers, lesbianas, intersex y diversas identidades que no encajan en el binomio varón-mujer. Sus luchas cuestionan este sistema heteronormativo, y nuestras propias limitaciones para crear consignas y dar la pelea por derechos que efectivamente contemplen todas nuestras realidades. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Prefiero hablar de feminismos y no de UN feminismo porque se trata de un conjunto de perspectivas muy diversas, que constituyen al mismo tiempo horizontes, tácticas y estrategias muy diferentes e incluso contrapuestas. Pero el objetivo de estas líneas no es abordar estas diferencias al interior del movimiento feminista, sino más bien compartir algunas reflexiones y miradas sobre nuestra coyuntura y tareas, y comenzar a trazar algunas ideas acerca de qué feminismo construimos desde el hoy y hacia el mañana. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>Todos los feminismos encuentran un punto en común: reivindicar nuestros derechos y denunciar las atrocidades del patriarcado sobre nosotras. Pero lo cierto es que no siempre incomodamos lo necesario como para sacudir y romper las formas de reproducción de la dominación patriarcal en nuestros espacios de lucha, en la vida cotidiana y como política hacia el conjunto de la sociedad</b></span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">. Siendo muchxs de nosotrxs militantes de organizaciones populares y de izquierda, las feministas debemos sortear obstáculos y limitaciones propias. Nos encontramos día a día con prácticas patriarcales enquistadas en el funcionamiento de las organizaciones que se naturalizan con facilidad. Una de esas formas es la constante subordinación de la agenda feminista a la “verdadera agenda política” que desconoce el carácter urgente de nuestras reivindicaciones. Hoy en día existen espacios de mujeres, comisiones, asambleas. Con mayor o menor desarrollo todas estas organizaciones elaboran una línea política que interpela las problemáticas de los géneros. Sin embargo, en muchas pareciera ser un ámbito decorativo, algo que políticamente “queda bien” pero que finalmente queda fuera del programa político y la agenda de lucha. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Por otra parte, debemos reconocer nuestras limitaciones para encarar la construcción de espacios de organización con una impronta feminista. Paradójicamente asistimos a una profunda despolitización de muchas experiencias. Me refiero a pensar nuestras problemáticas sin correlato con el contexto social, político y económico que nos atraviesa y que nos hace vivenciar las opresiones que padecemos de manera muy distinta y que por ende, implica pensar tareas y acciones diferentes. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Despolitizar el feminismo, vaciándolo de una perspectiva de clase, recreando un microclima para las convencidas de la causa, ocupándonos únicamente de “nuestros temas” nos debilita profundamente como movimiento. Es urgente y necesario que la política feminista, más allá de los matices que encontramos en la construcción cotidiana, se apropie de las discusiones colectivas, que imprima una perspectiva antipatriarcal a cada una de las discusiones y luchas que se da nuestro pueblo. Sin embargo, la relación entre clase y género es una discusión permanente y presente en nuestra elaboración teórica y política que se traduce por lo general en posturas tan extremas que resultan un escollo para la unidad del movimiento feminista. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Son valiosos los aportes desde el ámbito académico que problematizan las categorías con las que pensamos el feminismo y el patriarcado. La utilización crítica y las visibilización de las implicancias que tienen los conceptos y teorías sobre las que fundamentamos nuestra práctica, debe ser un ejercicio consciente y cotidiano. Por ejemplo, la categoría género, en el plano político se ha vuelto un término “amigable”, que permite introducir una perspectiva crítica pero que, sin cuestionamientos puede convertirse en un límite, ya que como herramienta de análisis, termina sellando a fuego que las únicas identidades posibles y potenciales siguen siendo varón – mujer, encorsetando nuestras subjetividades. También es cierto que en muchos planteos que se resisten a análisis más estructuralistas podemos encontrar diluida la cuestión de clase, haciendo fuerte hincapié en la construcción de identidades y nuevas subjetividades en términos estrictamente culturales y simbólicos, como si fuera posible de ser pensados por fuera de las condiciones materiales en las que reproducimos nuestras vidas. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Por otra parte, existen posturas esencialistas, que al contrario de pensar críticamente la construcción histórica de nuestros géneros, resaltan una suerte de primitivismo femenino basado centralmente en nuestra capacidad reproductiva. Es innegable como el sistema patriarcal y sus instituciones se han encargado por siglos de apropiar, domesticar y negar nuestros cuerpos. Sin embargo muchos discursos terminan por ser expulsivos de otras identidades, y corren el peligro de fundamentalismos biologicistas que no necesariamente resultan progresivos para nuestro movimiento y reproducen lo que ya el sistema se ha encargado de imponer sobre nosotras. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Es preciso complejizar nuestras herramientas teóricas, para no caer en traducciones o reversiones de teóricas creadas al calor de otras realidades muy ajenas a las nuestras. En este sentido, debemos evitar el simplismo de creer que el género como categoría de análisis es simplemente la descripción de un conjunto de estereotipos y roles asignados. </span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><span style="font-weight: normal;">Se trata de complejas relaciones de poder que nos atraviesan, y que necesariamente se imbrican con otras formas de dominación y explotación. Desde esta perspectiva </span></span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>consideramos que la relación género-clase es inescindible de cualquier análisis feminista que tenga como horizonte la transformación social. Las luchas y disputas que damos se dan en todas las dimensiones, y nosotrxs debemos responder integralmente a cada avance patriarcal y capitalista. </b></span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Es cierto que muchas las posturas más clasistas olvidan como operan otras dimensiones y estrategias del patriarcado para sostener la dominación sobre nuestros cuerpos y subjetividades. Desconocen cómo cambian los mecanismos de control y explotación al calor de las luchas y resistencias, de qué manera reproducimos las condiciones dominantes y como construye nuestra conciencia e identidad este sistema perverso. Los planteos que se restringen únicamente a nuestras condiciones materiales para explicar absolutamente todo, corren el riesgo de perder de vista las múltiples formas en que las resistencias y las persistencias se conjugan en nosotrxs, como interpelar desde otras dimensiones cuestiones de relevancia para volvernos sujetxs revolucionarixs.</span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>La coyuntura y nuestras tareas</b></span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Es cierto que en estos últimos años se ha visto un avance de las organizaciones de mujeres, feministas y de diversidades en distintos espacios de confluencia y lucha. Este salto también ha sido registrado por el gobierno y plasmado en políticas que han intentado canalizar y contener algunas demandas que, a su vez, ha frenado otras, como es el caso de nuestro histórico reclamo por la legalización del aborto. La problemática de los géneros ha irrumpido en el espacio público y en los medios de comunicación por la inocultable cantidad de femicidios que ocurren día a día y las desapariciones de pibas y mujeres en manos de las redes de trata. En una suerte de juego perverso, los medios han cambiado su discurso respecto al tratamiento de estos temas, pero al mismo tiempo mantienen vivo todo tipo de prejuicio sobre las víctimas, principalmente si se trata de mujeres pobres. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">La irrupción del Ni Una Menos y la histórica movilización nos dan la pauta de que nos encontramos en un momento importante para la agitación y la lucha contra la violencia y todas las formas de opresión que soportamos. Sin embargo, esas expresiones masivas también trajeron oportunistxs que se montaron sobre la causa para lavar culpas y hacer gestos políticamente correctos. Un sinfín de personajes impresentables (Macri, Tinelli, Scioli, Vidal, Berni, Anibal Fernández, Patricia Bullrich, por nombrar algunxs) se ha sacado su respectiva foto con el cartelito. Pero sabemos que la intensión efectiva de ese contagio marketinero da cuenta de las tensiones que atraviesa la cultura patriarcal frente al avance del movimiento de mujeres. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Los modos en que el patriarcado se despliega cambian, se impregnan en el entramado de relaciones sociales de manera compleja. Los discursos y prácticas que lo sostienen no constituyen un bloque homogéneo. Conviven fragmentos contrapuestos y superpuestos que se mueven en el marco de las luchas que damos las mujeres por nuestro reconocimiento. Por eso es necesario evitar las lecturas simplistas de la coyuntura, romper con los esquemas estancos, y redefinir quienes son nuestrxs verdaderos aliadxs contra el patriarcado.</span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"> El resultado de las elecciones presidenciales nos muestra que además de una nueva avanzada de los sectores de la derecha neoliberal más explícita, también hay un intento de restauración neoconservadora y patriarcal. No es que hayamos superado siglos de opresión en 12 años de kirchnnerismo, pero lo cierto es que hemos podido dar pasos importantes en cuanto a crecimiento organizativo y visibilidad. Claramente el PRO es la expresión política de los sectores más reaccionarios, vinculados a la Iglesia Católica y al Opus Dei. Personajes como la Gobernadora de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal, tienen el objetivo de consolidar la imagen de mujer pasiva, buena madre, correcta y paciente, además de aplicar un plan político y económico de ajuste. Todo avance significa también una reconfiguración de las formas de dominación para sostener los mecanismos de opresión. Es por esto que no resulta casual escuchar voces medievales representadas en formatos </span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><i>aggiornados</i></span></span></span><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">a los nuevos tiempos. Esas figuras de disciplinamiento son la envestida contra las mujeres que no callamos, que no obedecemos, que luchamos y salimos a la calle por lo nuestro.</span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">En los próximos años intentarán avanzar también sobre nuestro movimiento, buscando artilugios políticamente correctos para socavar nuestras luchas y defender la cultura patriarcal con la cual nos mantienen disciplinadas. La derecha también tiene que renovar sus estrategias, no puede repetir viejos errores. Se trata de la modernización de los modos de sometimiento, con discursos amigables, algunos gestos y mucho vaciamiento de recursos y políticas destinadas a resolver nuestras realidades. Profundamente represivo de cualquier expresión de lucha, tienen preparado para nosotrxs un ajuste que recaerá brutalmente sobre las espaldas de las mujeres trabajadoras, formales, informales, las que quedan a cargo de las tareas del hogar y cuidado y son explotadas por sus maridos, las lesbianas, trans, travestis pobres de los barrios populares. El plan que prepara el macrismo de recorte, devaluación, precariedad de las condiciones de acceso a los servicios públicos básicos como salud y educación afectaran nuestra vida cotidiana radicalmente, porque somos nosotrxs quienes nos enfrentamos a los peores obstáculos para resolver nuestra subsistencia. Es ahí donde el patriarcado y el capitalismo se entrelazan y tejen articulaciones entre las distintas formas de explotación y opresión sobre nuestros cuerpos. El macrismo no es tonto, más allá de las pocas luces que parecen tener sus referentes. La reciente designación de Fabiana Tuñez, histórica referente de la Casa del Encuentro, frente al Concejo Nacional de Mujeres muestra a las claras que se las rebuscará para meterse en el movimiento de mujeres, sin resolver efectivamente ninguna de nuestras demandas de fondo. En este marco es urgente construir una agenda reivindicativa lo más unitaria posible, y demostrar que estamos dispuestas a luchar por cada una de los derechos y recursos que nos pertenecen. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR"><b>Hacia la construcción de un feminismo popular y libertario</b></span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Tareas tenemos muchas y responsabilidades también. Una de ellas es articular el hacer y el pensar. Construir teoría desde nuestras experiencias de base, de la práctica cotidiana y al mismo tiempo nutrirla de las herramientas que nos brinda el dialogo con otras perspectivas. Esto implica darle importancia a los espacios formativos, a la incorporación de la coyuntura en nuestros temarios, como ejercicio político y práctico. Así como también dar los debates (y las peleas) al interior de nuestras organizaciones para desterrar las prácticas y conciencias patriarcales enquistadas en muchxs compañerxs que se resisten a transformarse por miedo a perder espacios de privilegio. Poco cuesta convencer a la militancia de izquierda de la importancia de ser clasistas, anti imperialistas, luchar contra la represión. Entonces, debemos abandonar los roles maternales de educar y convencer de las bondades del feminismo e interpelarlxs desde la urgencia, compartiendo herramientas. El camino de la apropiación de una praxis antipatriarcal debe ser también una construcción que conlleve una decisión consciente de que no hay cambio social posible sin revolver hasta la última de nuestras miserias misóginas. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Necesitamos darle contenido y llenar de experiencias nuestro feminismo popular, que se proponga crear poder desde abajo, atravesando todas y cada una de las luchas de nuestra clase, con un sentir latinoamericano y rebelde, profundamente libertario y colectivo. Un feminismo que cuestione lo dado, que revise su teoría y su práctica, que promueva organización y perspectivas a largo plazo para enfrentar las distintas estrategias que se da la clase dominante para someternos a esta cultura violenta gobernada por todas las instituciones del capitalismo y del patriarcado. Este feminismo que no se diseña en un laboratorio, que ensaya y busca los mejores caminos para sumar compañerxs a la lucha, que molesta y se embarra, que grita y abraza y sobre todas las cosas, es herramienta para la revolución. </span></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="right" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">Mariana, militante feminista y libertaria </span></span></span></b></div><div align="right" class="western" lang="en-US" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><b><span style="font-family: Verdana, serif;"><span style="font-size: small;"><span lang="es-AR">(marianafrega.s(a)gmail.com)</span></span></span></b></div>Revista Julio 19http://www.blogger.com/profile/08050733120517820109noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2249996044514114846.post-30183117435488655822016-01-19T16:01:00.003-08:002016-01-19T16:01:47.759-08:00Los medios comunitarios, alternativos y contrahegemónicos en la transición política argentina <div align="justify" class="western" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Luego de doce años de kirchnerismo con el triunfo del PRO en las elecciones presidenciales, se abre una nueva etapa para los medios populares y alternativos. Sostener las conquistas logradas y avanzar en lo que falta. El debate sobre los medios dentro del campo popular y la elaboración de una agenda independiente. Algunos desafíos en ciernes: medios de masas, multimediales, financiemiento, elaboración de contenidos, integración internacional y replanteo de la audiencia. Aportes a una nueva subjetividad por fuera de la lógica mercantil y de consumo.</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Este artículo no tiene pretensiones ni de balance, ni de análisis de la reciente actualidad de los medios comunitarios, alternativos y contahegemónicos, esos artículos abundan y circulan por Internet y las redes, hay análisis académicos interesantes y muy bien documentados de especialistas como Natalia Vinelli, Martín Becerra y otros. </span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Intentamos más bien, pensar desde un punto de vista del panorama de incertidumbre general en que nos ha sumido el triunfo cómo opción política de lo que tal vez sea el primer gobierno de derecha (con una base de masas, un programa de derecha en lo político, de libre mercado en lo económico y de subordinación al eje EE.UU. - Israel en cuanto a política exterior), en triunfar por la vía democrática burguesa en la historia de nuestro país.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ello sin olvidar que antes de las PASO (Primarias abiertas, simultaneas y obligatorias), el voto a los partidos patronales con opciones conservadoras y de ajuste fue sin dudas mayoritario, no obstante reconociendo en parte del electorado atribuible al kirchnerismo un voto en opción de continuidad respecto de demandas populares semisatisfechas de carácter progresista, fundamentalmente en los planos culturales y político, lo que configura sin dudas un escenario poco favorable para la concreción y/o avance de opciones definidamente populares en el mediano plazo.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Tomar nota que <b>el contexto de discusión pública y generalizada sobre el periodismo, los periodistas y los medios de comunicación en general, fue uno de los elementos que seguramente se recuerden como rasgo definitorio del pasado reciente en Argentina</b>, aunque esperemos que encuentre con otros rasgos y en otros niveles como una dimensión presente en las discusiones del futuro cercano al menos entre las organizaciones y movimientos que aspiran a construir otro escenario político para los años venideros.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Con respecto a esto último hay que observar que si bien se generó una tematización de la problemática de los medios, no existió una discusión profunda que lograra traspasar la lógica dicotómica entre un periodismo que se reconocía como militante pero que logró acercar la definición de militante cómo sinónimo de “adepto al gobierno”, vaciando en un solo movimiento dos nociones políticas fundamentales; por un lado la de militante, que entonces se vio empobrecida en la función de hacer exégesis de una línea política bajada desde la presidencia kirchnerista sin discusión alguna pero además reduciendo el concepto a esa dimensión que otrora tenía más que ver con el rol del simpatizante político que con el del hombre y la mujer que discute y construye en el espacio en que le toca, desde el lugar de trabajo hasta la estructura partidaria orgánica. </span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">La otro opción vaciada de contenido en éste nivel de discusión sin duda fue la de periodista, ya que al rol de exégeta del oficialismo se le oponía uno de una independencia de criterios a todas luces inexistente, que patentizaba un concepto positivista de verdad cómo el hecho relatado, transparente, único e inmutable y que además se presentaba inmerso en grandes estructuras empresarias comerciales de cuyos empleados, cómo tan lucidamente señalara alguna vez Noam Chomsky, no era esperable siquiera tener que ejercer censura de algún tipo, dadas su trayectoria y pertenencia subjetiva y muchas veces objetiva, a las clases que poseen dichos medios y cuyos valores, representan.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Mientras tanto en los medios populares, las discusiones de carácter más profundo se continuaron produciendo y fomentando de cara a sus comunidades y audiencias, pero hay que decir que rara vez logró trascender al espacio de discusión más amplio y si alguna vez lo hizo, pocas logró evitar ser tergiversado. Tanto es así, que aún experiencias comunitarias o alternativas de clara oposición al sistema, eran señaladas por las subjetividades más empresarializadas como “medios K” englobando así en un mismo conjunto a la gran empresa favorecida y alimentada por la pauta oficial y al pequeño colectivo militante con un trabajo de inserción barrial.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">No obstante en estos años muchos de los pequeños medios populares se abocaron a militar en torno al espacio de posibilidades que abriera la Ley de Medios, con enormes falencias y lentitud en su implementación, pero al menos capaz de permitir alcanzar dos cuestiones fundamentales en lo que hace a su fortalecimiento y existencia. En lo que tiene que ver con algún tipo de reconocimiento oficial para su funcionamiento, lo que evitaría persecuciones, desalojos y decomisos de equipos tan frecuentes hace no muchos años, que implicaron las más de las veces un golpe tan duro para las organizaciones populares que implicaban un cierre definitivo, con el beneficio concomitante de aspirar a algún tipo de fomento económico, cómo lo reciben la gran mayoría del resto de las actividades artísticas y productivas que se sostienen en nuestro país. Y por otro lado, el de alcanzar algún tipo de legitimidad en el uso del espectro radioeléctrico que sabemos es un recurso público pero finito y por lo tanto objeto de disputa en lo que a su distribución se refiere.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Retomando entonces los párrafos iniciales, quisiera salir del lugar común de que toda gran crisis en ciernes abre una oportunidad y consideraciones similares. Solo quisiera plantear, que sea cual fuera el suelo en que nos encontremos (algunos medios y organizaciones han podido avanzar y asegurarse un nuevo piso, otras no lo lograron pero se fortalecieron en la lucha), <b>la necesidad política de nuestro pueblo de hacer sustantiva y masiva una discusión que permita hacer lugar en lo público otro tipo de subjetividad que la del consumidor de opciones patronales empresarias, que le permita poner en agenda sus necesidades e intereses, se torna impostergable y de carácter prioritario. </b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">En éste sentido quienes formamos parte de la militancia popular organizada debemos comprender que es en estos medios en donde debemos centrar nuestros esfuerzos desbordando radicalmente la lógica cerrada de la prensa de propaganda partidaria dirigida a los adeptos y las construcciones intelectualizadas o “de teoría” dirigidas a la profundización y debate de los propios, comprendiendo que éstas son instancias necesarias pero que están demasiado lejos de ser suficientes. Debemos entender que nos hayamos frente a una encrucijada que nos plantea desafíos en todos los planos y que augura fuertes embates contra los trabajadores y el pueblo en su conjunto. </span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Es por ello que la necesidad de discutir, pensar, rediscutir y repensar un balance político de la década pasada es tan indispensable como mantener una atención permanente en cada una de las pequeñas y grandes luchas y reivindicaciones cotidianas que surgen en el seno de nuestro pueblo a la par de que vamos delineando los cursos de acción a seguir que no podrán dejar de tener cómo principios rectores la unidad de las y los oprimidos y la solidaridad de clase, pero que, y esto es fundamental, no deberá perder la oportunidad de hacerlo con sus propias herramientas de comunicación</b> lejanas de las lógicas comerciales y los lineamientos culturales del mercado pero también extrañas a esas mismas lógicas que atraviesan a los partidos patronales en virtud de su lógica de acumulación política subordinada a una dinámica de mercado electoral (y electoral de mercado) que es la que garantiza justamente su alejamiento de las discusiones y programas políticos y su acercamiento a vacíos eslóganes instrumentados por esa ciencia de la subjetividad consumista denominada marketing.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Ahora bien, comprender la necesidad de contar con estas herramientas no dice demasiado sobre ellas. Debemos pensar en cómo deben ser de cara al futuro, más allá de las definiciones políticas que adoptemos, hay una serie de lineamientos que debieran ser comunes a los distintos sectores populares al menos los que tengan vocación de transformación social allende los límites de sus propias prácticas. </span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las grandes corporaciones mediáticas son por lo general grandes transnacionales que cuentan con medios económicos y mecanismos políticos y “de gestión” para garantizarse enormes audiencias por lo general transnacionalizadas, funcionando muchas veces con una dinámica de “información cartelizada” que no es más que mera propaganda facciosa. En lo que atañe a nuestra región la información se encuentra atada a los intereses del imperialismo <i>yankee</i> e israelí o en el mejor de los casos, existe una permanente presión para introducir las producciones culturales elaboradas en el corazón del imperio para consumo internacional, es decir un mero vehículo para el colonialismo cultural.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Es indispensable comprender que el tiempo que le dedican las clases populares al consumo de medios ya sea por información o entretenimiento es finito y está atado al tipo y tasa de explotación económica sobre la mano de obra en cada región. Cuando se produce comunicación alternativa se está disputando ese tiempo, y ese tiempo significa, no sólo la oportunidad de la interpelación política sino también y cuando se trata de arte, cultura o entretenimiento la posibilidad de disputar en favor de esas clases populares el capital económico que ese colonialismo cultural busca obtener (una verdadera extracción indirecta de plusvalía) a través de las industrias culturales transnacionales. Por supuesto que el caso es análogo para las producciones nacionales meramente mercantiles aunque en esos casos al menos podemos esperar que parte de los capitales objeto de disputa generen fuentes de trabajo local.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares deberían aspirar a ser “de masas”</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Analizando en éstos términos el sentido general de la disputa no podemos más que comprender la necesidad de agotar los diferentes mecanismos que permitan incrementar el alcance en cuanto a audiencias de nuestros medios populares. Explotar al máximo Internet y las redes sociales, generar y mantener coordinaciones, intercambios y redes que permitan la máxima circulación de los materiales sin dejar de intentar cómo objetivo una coordinación tendiente a la unidad que le dé otro piso, otras capacidades y otra entidad a la lucha mediática en curso. Cómo ejemplo, qué cientos de pequeños medios locales pudieran confluir hacia la elaboración de un único gran medio nacional debiera ser un objetivo a plantearse en términos de crecimiento y fortalecimiento de las organizaciones populares. Dar la pelea logrando un reconocimiento especial a la figura de los comunitarios ya que no es lo mismo una radio de la villa que una fundación del Grupo Perfil por caso. En cuanto a lo audiovisual luchar por hacer valer las aristas más progresivas de las leyes vigentes que permitan hacer el uso del espectro que por ser público nos asiste por derecho, pero que al ser finito es inevitable objeto de regulaciones. Dar la lucha por intervenir en esa regulación del espectro, para los medios comunitarios en tanto sector puede ser un objetivo a futuro. Que las organizaciones populares intervengan en la construcción de las políticas que les atañen con intervenciones cada vez más directas debiera ser un objetivo general para los sectores populares.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares deberían poder ser “multimediales”</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">El relativo abaratamiento de los costos tecnológicos y la confluencia entre las distintas experiencias debiera poder dar como resultado una planificación multimedia y multiplataforma que permita una expansión de la oportunidad de contacto con la audiencia. Hoy son muchos los medios que producen material sonoro y audiovisual y luego des-graban para hacer circular material escrito, tanto como los medios que entrevistan o realizan crónicas para medio gráfico llevando un registro audiovisual que luego utilizan en otras plataformas. Debiera a tenderse a qué esto fuera así en todos los casos posibles si bien es comprensible lograr una mayor “densidad” y “calidad” teniendo una disciplina como central, no obstante esto mismo puede lograrse por asociaciones y redes de trabajo y es muy importante en tanto que los diferentes soportes están asociados a diferentes públicos.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares deben abordar con amplitud su sostenibilidad financiera</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Las decisiones respecto de si utilizar publicidad privada y mecanismos de fomento estatales son propias y legítimas de cada colectivo militante. Pero aun así, un medio que aspire a intervenir en la lucha por la subjetividad de su época debe intentar sostener esa lucha en el tiempo. Es comprensible que en un país eminentemente agrario y dependiente ramas enteras de actividad estén subsidiadas y/o alcanzadas por distintos tipos y niveles de fomento, y esto es una posición personal, ese dinero público debe ser demandado por las organizaciones populares y reutilizado para sus fines (que no son de lucro) sometiéndose a las garantías de transparencia que ello implique dado que todo espacio que no se ocupe será ocupado por alguien más, y debiéramos preferir que parte del producto del trabajo social que capta el Estado sea destinado a las organizaciones populares y la economía social antes que a las organizaciones capitalistas por mucho “trabajo” que éstas “generen” o a las instituciones de los sectores dominantes. Por supuesto que esto no debe implicar compromisos de ninguna índole, fuera de la discusión sobre el modo de financiamiento lo importante es pensarlas como unidades productivas autogestivas mas entre otras experiencias de autogestión del trabajo con las cuales hay un sinnúmero de puntos de contacto y perspectivas de lucha de conjunto en tanto gérmenes de las instituciones correspondientes a los nuevos tipos de subjetividad que buscamos.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares deben intentar ser Nacionales, Regionales e Internacionales</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Esto no es más que una consecuencia de lo antedicho, pero impregnado de una visión estratégica de lucha que nos indica que el fortalecimiento de las relaciones cercanas, de lo local hacia lo más amplio, nos permitirá un fortalecimiento gradual pero efectivo en cada etapa, amén de permitir intentar una contrahegemonía en cuanto a las agendas políticas de las corporaciones mediáticas y/o gobiernos y sus organismos regionales que afectan a los pueblos en conjunto. El establecimiento de lazos, los intercambios, asambleas y congresos para la puesta en común de experiencias deben ser una prioridad en los esfuerzos ya que de ellos se derivan los acuerdos para coordinaciones sólidas y efectivas. La coproducción popular debe ser un punto a tener en cuenta ya que fortalece a las organizaciones llevar adelante proyectos que atraviesen sus propios límites organizacionales.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares debieran garantizar “contenidos”</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">El único pecado que no debe cometer un medio de comunicación popular es sobredimensionar sus posibilidades, especialmente los sonoros y audiovisuales, ya que un medio gráfico en todo caso puede redefinir su periodicidad, pero un medio sonoro o audiovisual con baches en su “aire” es difícil de seguir. Si se es un medio de comunicación es porque se cuenta con la posibilidad de coordinar y vehiculizar una producción de contenidos extensa y variada, lo que por lo general implica una buena cantidad de involucrados ya sea propios del medio o tejiendo alianzas con otros grupos que los produzcan. Si el nivel de producción alcanzado es para unas pocas horas semanales hay que replantearse si no conviene conformarse como una productora alternativa que brinde ese material a otros medios con mayores posibilidades en cuanto a contenidos o insertarse o vincularse a otra experiencia. Por supuesto que esto no vale para las experiencias que recién se inician que irán experimentando hasta alcanzar su forma, pero comprendiendo que el espectro es finito y que las audiencias esperan encontrar de un medio la permanencia “en el aire” o al menos una previsibilidad razonable en cuanto a horarios de transmisión y demás, no resulta conveniente despertar expectativas que no pueden cumplirse.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>Los medios populares debieran aspirar a no tener “audiencia”</b></span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;">Aunque esto último suene paradójico todos somos audiencia en algún momento, pero el sentido de la frase pretende indicar una visión del “para quién” que intente trascender la visión pasiva o falsamente activa que fomentan los medios comerciales tradicionales. Los medios populares deben buscar confundir audiencia y protagonista, deben reclamar a su público la participación en el propio medio, deben estar abiertos a comunicar sus saberes para la germinación otros medios y experiencias de comunicación popular, deben ser en síntesis motores fácticos y no sólo ideológicos de la nueva subjetividad buscada.</span></span></div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"> </div><div align="justify" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><br /> </div><div align="right" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>José E. Cordeiro, miembro de Barricada TV</b></span></span></div><div align="right" class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: small;"><b>(josecordeiromulet(a)gmail.com)</b></span></span></div>Revista Julio 19http://www.blogger.com/profile/08050733120517820109noreply@blogger.com0